Mea burro

Cuando estás aburrido, no hay nada que hacer, todo te hastía, incluso comienzas a pensar que todos son igual de aburridos y que todos se aburren del mismo modo en el mundo entero, también llegas a pensar cosas como que pasaría si metiéramos un enano en el recto de un elefante sin tocar ningún cascabel, o si el sexo en gravedad cero puede siquiera ser posible mientras hordas de mandriles furiosos te atacan.

Pues bien según la antropóloga Yasmine Musharabash, de la Universidad de Western Australia, la cosa no es tan así. El aburrimiento no sería algo universal en el ser humano.

Musharabash estudió el aburrimiento entre los aborígenes warlpiri, que viven en el centro de Australia. Entre ellos descubrió que la idea sobre el aburrimiento era muy diferente a la idea de hastío que tenemos los occidentales. Para los warlpiri, el aburrimiento no tiene nada que ver con no tener nada para hacer. Sino que para ellos significa que no haya la gente suficiente alrededor para hacer la vida interesante.

Al parecer nuestra idea del aburrimiento es algo de nuestros tiempos. Antes del siglo 18 la gente no estaba tan aburrida. Tan sólo quienes tenían el tiempo para estarlo comenzaron a experimentarlo: lo ricos, los clérigos o los desempleados. Según Musharabash el aburrimiento pronto lo experimentaron todos, con la llegada de la industrialización y el surgimiento de la clase media.

El aburrimiento siempre estuvo mal visto, incluso hoy se piensa mal cuando alguien está aburrido, cómo puede estarlo si tenemos infinidad de libros, películas, porno, música, Internet, juegos, millones de cosas para no hastiarnos, y sin embargo lo hacemos.

Pero los warlpiri muestran un aburrimiento que no tiene nada que ver con el entretenimiento. Musharabash se sorprendió por las pocas situaciones que eran consideradas aburridas para ellos cuando no estaba pasando mucho en su pueblo.

Resultó que los warlpiri nunca decían “estoy aburrido”, pero sí sentían una situación como aburrida cuando no tenían otras personas para compartirla. Un largo viaje en auto podría no ser aburrido si el coche estaba lleno de gente, pero sería mortalmente aburrido si uno estaba solo.

Incluso los warlpiri no tienen una palabra para aburrimiento, así que se han apropiado de la palabra inglesa para quejarse sobre un evento en el que hay poca gente.

Esto podría estar influenciado por la cultura de estos aborígenes que son muy cooperativos entre ellos, y cualquier cosa que no puedan compartir con otro es aburrida, en cambio mientras pueda compartirlo con alguien jamás será aburrido.

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